Para Nelson Cardona más que subir el monte con mayor altitud del mundo, era enfrentarse a su montaña personal, a su propio Everest. Debía enfrentarse tanto en espíritu como en cuerpo. Si Nelson quería tener la posibilidad de subir una montaña y cumplir sus sueños tendría que tomar una decisión radical, una decisión que pocos tendrían el valor de tomar; amputarse la pierna. A Nelson le faltaba ya el 20% de su cuerpo pero le sobraban ganas y actitud ganadora para seguir adelante.

 

El accidente le abrió las posibilidades de darse así mismo fuerza interior para demostrarse que no existen límites. Estuvo a punto de decaer pero su fuerza interior le gritaba que no se rindiera, que tenía unas hijas y sueños porque luchar. No era imposible pero tampoco le resultaría fácil, así que día a día Nelson se levantaba y se preparaba física y mentalmente para lograr la cima del monte Everest y de su propio ser, con el pensamiento positivo de que la discapacidad es solo mental y que nuestras metas son más fuertes que nuestros miedos.

 

Subir el monte Everest, para Nelson significo un encuentro consigo mismo y del mismo modo probarse de lo que era capaz y las barreras que podía romper.

Nelson en una  de sus entrevistas dijo unas palabras muy ciertas y bellas que me llamaron mucho la atención, estas fueron: “A mí me ha tocado devolverme muchísimas veces. Me ha tocado caerme, pero como digo yo, no son las caídas ni los golpes lo que hacen fracasar a los seres humanos. Sino la falta de voluntad y decisión para levantarse y luchar ante la adversidad. Nosotros los seres humanos somos muy conformistas. En la primera falla o el primer fracaso que tenemos, tiramos la toalla. La cosa no debe ser así. La idea es persistir, insistir, resistir y nunca desistir, aún en los momentos más difíciles.

 

Una de las enseñanzas que la memorable historia de Nelson Cardona me ha dejado es que para ser feliz debemos muchas veces desprendernos de lo que no nos deja avanzar, de lo que nos hace daño, debemos mirar hacia un nuevo horizonte y visualizar el éxito situándonos en la cima de nuestros objetivos.